Probioticos y productos lácteos

Las bacterias probióticas están con frecuencia, pero no siempre, seleccionadas de las bacterias que habitan normalmente en el sistema gastrointestinal de seres humanos. A veces el término probiotico se utiliza como sinónimo de "bacteria comensal, beneficioso", pero es un uso incorrecto. La flora comensal puede ser beneficiosa, pero hasta que se aíslen, se caractericen y se demuestren en estudios humanos para impartir una ayuda por enfermedad, no pueden exactamente ser llamados "probioticos". También, el probiotico debe ser seguro.

Destinado una vez para el uso comercial, estas bacterias se purifican, crecen en grandes números, se concentran en altas dosis y se preservan.

Se proporcionan en productos comerciales en una de tres maneras básicas:

* como concentrado de cultura agregado a un alimento, con poco o nada de oportunidad para el crecimiento de la cultura

* inoculado en un alimento a base de leche (o el suplemento dietético) y permitido crecer a altos niveles en un alimento fermentado

* Como concentrados y suplementos dietéticos tales como polvos, cápsulas, o tabletas, y disponibles en una gama de dosis

Las bacterias probióticas tienen una larga historia de asociación con los productos lácteos. Esto es porque algunas de las mismas bacterias que se asocian a los productos lácteos fermentados también hacen sus hogares en diversos sitios en el cuerpo humano, incluyendo la boca, el aparato gastrointestinal y la vagina. Algunos de estos microbios, por lo tanto, juegan un papel dual en transformar la leche en un arsenal diverso de productos lácteos fermentados (yogur, queso, kéfir, etc.), y de contribuir al papel importante de bacterias de colonización.

Los productos lácteos pueden proporcionar un vehiculo deseable para probióticos por varias razones. Hasta la fecha, sin embargo, hay poca investigación sobre el impacto del vehículo y la eficacia probiótica para las diferentes formas. Esto es una parte importante de investigación futura.

Los productos lácteos pueden proteger las bacterias probióticas. El viajar a través de la zona digestiva humana puede ser un desafío para las bacterias. Los niveles de alto grado de ácido en el estómago y la exposición a las secreciones pancreáticas tales como enzimas digestivas y bilis en el pequeño intestino pueden llevar a lesión y a la muerte de un porcentaje de probioticos oralmente administrados. Aunque algunas bacterias sean más resistentes que otras a esta tensión, consumir probioticos con el alimento, incluyendo la leche, el yogur y otros productos lácteos, bajan el ácido en el estómago y puede aumentar la probabilidad que las bacterias sobrevivirán en el intestino.

El almacenaje refrigerado de los productos lácteos promueve la estabilidad probiótica. Aunque el grado de ácido láctico del yogur pueda ser una barrera para cultivar estabilidad, la refrigeración a corto plazo promueve generalmente estabilidad.

Las culturas vivas en los productos lácteos llevan una imagen positiva. El público consumidor puede tener una imagen generalmente negativa de bacterias en alimentos, pero son conscientes de culturas vivas y activas en productos lácteos fermentados, y estas culturas transportan una imagen positiva, saludable. Las bacterias probióticas en los productos lácteos pueden ser una extensión de la asociación cómoda de culturas en los productos lácteos, y hacen más fácil comunicar mensajes de salud al público.

Las características saludables de bacterias probióticas mezclan con las características saludables de los productos lácteos. Un producto lácteo que contiene probioticos hace un alimento funcional saludable. Además de las vitaminas, el calcio, otros minerales, y la proteína obtenida de los productos lácteos, la investigación moderna ha sugerido características saludables de péptidos derivados de la fermentación y del ácido butírico encontrados en algunos productos lácteos. Los productos lácteos han demostrado recientemente ser componentes importantes para una dieta sana, para la prevención de la osteoporosis. Consumo de tres o más porciones de productos lácteos cada día se ha asociado a niveles inferiores de obesidad entre americanos. La obesidad se asocia a la diabetes, a la hipertensión y a la enfermedad cardíaca.