lunes, 14 de julio de 2008

PEQUEÑAS TAZAS DE TÉ CHINO Y JAPONÉS


Aunque la leyenda acredita al Indio Oriental piadoso con el descubrimiento del té, no hay evidencia existente de que la India es realmente el lugar de nacimiento de la planta.

Puesto que la India no tiene ningun expediente de la fecha, o hechos, en piedra o tableta, o tampoco un solo incidente de canción o de historia--aparte de la leyenda--en cuanto a el origen del té, uno es reacio aceptar la demanda de que en India se descubrio el té.

Seguro que fue China, primera en muchas cosas, que sabía del té tan pronto como cualquier nación del mundo. Los chinos eran no sólo más progresivos que otra gente, pero ligado a su progreso eran importantes investigadores, y de descubrimientos inestimables que el mundo civilizado ha reconocido desde hace tiempo.

¿Entonces, por qué no agregar el té a la lista? De todos modos, es fácil creer que los Chinos fueron los primeros en los campos del té, y que la planta era indudablemente natural de China y de Japón cuando dormitaba en las cuestas de la India, sin recoger, sin beberse, sin cantarse y olvidada.

Acreditan a un budista celebrado, St. Dengyo Daishai, con la introducción de té en Japón desde China en siglo IV. Es probable que él fuera el primero para enseñar al Japonés el uso de la hierba, porque había sido de largo una bebida preferida en las montañas del reino celestial. La planta, sin embargo, se encuentra en tantas partes de Japón que puede haber poco duda que fuera indígena de allí también. La palabra TÉ es de origen chino, siendo derivado de la lectura de Amoy y de Swatow, " Tay, " del mismo carácter, que expresa ambos el nombre antiguo del té, " T' su, " y el más moderno, " Cha." Té japonés, " Chiya" --Châ pronunciado.

El no era conocido en China antes de la dinastía de Espiga, 618-906 A.D.. Una infusión de una cierta clase de hoja, sin embargo, fue utilizada desde la dinastía del Perro Chino, 1122-255 A.C., como aprendemos del Urh-ya, un glosario de los términos usados en historia antigua y poesía. Este trabajo, que es clasificado por los temas, se ha asignado como el principio de la dinastía del Perro Chino, pero pertenece más correctamente a la era de Confucius, K' ung Kai, 551-479 A.C.

Aunque conocido en Japón por más de mil años, el se convirtió gradualmente en la bebida nacional tan tarde como el siglo XIV. Por la mitad del siglo VIII, 729 A.D., había un expediente hecho de un festival religioso, en el cual el Mikado -Tenno de Shommei, entretenia a los sacerdotes budistas con té, una bebida hasta ahora desconocida de Corea, dado que el país durante muchos años fue el conducto de la cultura China a Japón.

Después del siglo IX, 823 A.D., y por cuatro siglos después de eso, el té se dejo de usar, y casi en el olvido, entre el Japonés.

La nobleza, y los sacerdotes budistas, sin embargo, continuaron bebiéndolo como un lujo.

Durante el reinado del Emperador, 1199-1210 A.D., cultivos del té fueron establecidos permanentemente en Japón. En 1200, el bonzo, Yei-Sei, trajo las semillas del té de China, que él plantó en las montañas en una de las provincias más norteñas. Yei-Sei también se acredita con la introducción China de la ceremonia del consumo del té.

De todos modos, él presentó las semillas a Mei-ki, el abad del monasterio de A-gano (a quién el uso del té había sido recomendado por sus características estimulantes), y dio instrucciones en el misterio de su cultivo, tratamiento, y preparación. Mei-ki, que sembro plantaciones cerca de Uzi, era acertado como pupilo de Yei-Sei, e incluso ahora los cultivadores de té de esa vecindad pagan tributo a su memoria anualmente ofreciendo en su capilla las primeras hojas de té recolectadas.

Después de ese período, el uso del té se convirtió cada vez más en costumbre, los monjes y sus seguidores descubrían su característica de mantenerlos despiertos durante vigilias largas y rezos nocturnos. Desde esos tiempos, el desarrollo y progreso de la planta se entreteje con las historias y las costumbres de estos países y se han valorado sus propiedades como un remedio natural para la salud.

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