viernes, 11 de julio de 2008

Origen del té


Otra leyenda del origen del té dice asi.

Darma, tercer hijo de Koyuwo, rey de la India, alto sacerdote de las religiones de Siaka (el autor del paganismo Oriental alrededor de mil años antes de la era cristiana), viniendo a China a enseñar la manera de la felicidad, vivió una vida austera, pasando sus días en la mortificación continua, y retirándose por la noche a la soledad, en las cuales se alimentó solamente con hojas de árboles y de otros vegetales.

¡Después de que varios años pasaran de este modo, en el ayuno y la observación, sucedió que, contrariamente a sus votos, el piadoso Darma se quedo dormido! Cuando él se despertó, estaba tan enfurecido consigo mismo que para prevenir la misma ofensa en el futuro, él se libró de sus párpados y los colocó en la tierra.

Al día siguiente, volviendo a sus dedicaciones acostumbradas, él observó, con asombro, originándose de sus párpados, dos pequeños arbustos de un aspecto inusual, tales como él nunca antes habia visto, y con cualidades, por supuesto, de las que estaba enteramente ignorante.

El santo, sin embargo, no siendo enteramente desprovisto de curiosidad--o, quizás, teniendo inusualmente hambre--fue incitado a comer de las hojas, y sintio inmediatamente dentro de él una elevación de la mente maravillosa, y un deseo vehemente a la contemplación divina, de lo cual él dió a conocer a sus discípulos, que impacientes por seguir el ejemplo de su instructor, convirtieron en uso común la planta fragante que ha sido el tema de tantas plumas poéticas y literarias en edades sucesivas y hoy conocemos como la planta del té y valorada como un remedio natural.

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