lunes, 18 de agosto de 2008

Té rojo


Rooibos, conocido también como té rojo sudafricano, proporciona un sinfín de beneficios a nuestra salud sin los estimulantes que contienen otras bebidas como el café o el té tradicional.

El té rojo se prepara de las hojas de un arbusto que crece exclusivamente en Sudáfrica, en la región de Cedaberg, muy cerca del Cabo de Buena Esperanza.

El descubridor fue un emigrante ruso, Benjamin Ginsberg. Descendiente de una familia de comerciantes de té, en 1904 decidió explotar esta planta bajo el nombre de 'té de la montaña'. En Europa se conoce por su nombre original, rooibos, que en afrikáans significa literalmente arbusto rojo.

Beneficios del té rooibos

Rooibos aporta muchos minerales: hierro, flúor, potasio, zinc, sodio, cobre, magnesio, manganeso y calcio. Su contenido en flúor y calcio nos ayuda a proteger nuestros dientes y huesos, mientras que el potasio y el sodio regulan el balance de líquidos del cuerpo. Además, posee antioxidantes que, en combinación con el magnesio, son un buen refuerzo para el sistema nervioso.

El rooibos se considera un antihistamínico natural que no provoca somnolencia. La aspalatina y la notofagina son flavonoides que nos permiten calmar el asma o las alergias respiratorias y cutáneas. Además, su alto contenido en vitamina C favorece la absorción del hierro.

Se considera un buen antiespasmódico y alivia las náuseas, vómitos y diarreas. Los enjuagues de esta planta nos ayudan a solventar dolencias en la boca y garganta, ya sean aftas, gingivitis, faringitis u otro tipo de afecciones.

Cultivo comercial

El cultivo comercial de rooibos no comenzó hasta principios del siglo XX, por lo que su consumo en el mundo es relativamente reciente. En el mercado internacional ha desbancado al Pu Erh. La gente prefiere el rooibos por su sabor, su alta cantidad de minerales y sus propiedades digestivas, que lo hacen un remedio natural por excelencia.

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