viernes, 8 de agosto de 2008

Té en Japón


La reina de tés en Japón es una bebida pajiza fina, delicada y sutil en sabor, y vigorizante como una copa de champán.

Es té verdadero de Japón, y deja raramente su brezo nativo por la razón que, mientras que es peculiar adaptable a la constitución japonesa, es demasiado estimulante para los Norte-Americanos finos e hipersensibles, que, a propósito, resultan ser los clientes más grandes para los tés de Japón de otros grados en el mundo.

Pero la bebida de la gente en Japón es té verde, aunque el té pulverizado también se utilice, pero reservado para funciones especiales y ocasiones ceremoniales. El té, allá, no es hecho infundiendo las hojas con el agua hirviendo, pero el agua hirviendo es primera refrescada cuidadosamente en otro recipiente a 176 grados Fahrenheit. Las hojas también se renuevan para cada infusión. Sería un crimen al paladar utilizar las mismas hojas más de una vez--en Japón. La preparación del buen té es mirada por los Japoneses como la altura del arte social, y por esa razón es un elemento importante en la vida doméstica, diplomática, política, y general del país.

El té es la bebida--la obra maestra--de cada comida, incluso si no sea nada sino arroz hervido. Cada artesano y trabajador, yendo a trabajar, lleva con él su arroz-caja de madera laqueada, de una caldera, de un té-carrito, de una tetera, de una taza, y de sus palillos. La leche y el azúcar se evitan generalmente.

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