martes, 19 de agosto de 2008

Costumbres Mundiales en el Servicio del Té


En Burma, las parejas recien casadas, para asegurar una vida feliz, intercambian una mezcla de hojas de té empapadas en aceite.

En Bokhara, cada hombre lleva un pequeño bolso de té alrededor con él. Cuando él tiene sed él entrega cierta cantidad al encargado de un kiosko, que hace la bebida para él. El Bokhariot, que es un confirmado esclavo del té, encuentra tan duro pasar un kioko de té sin beber, como nuestros propios borrachos hacen para ir por un café de la esquina. Su bebida de desayuno es Schitschaj -- té en el cual el pan se empapa y se condimenta con leche, crema, o grasa de cordero. Durante el dia él bebe té verde con las tortas de sebo de cordero y harina.

Un viajero inglés que viajaba una vez a través de Rusia asiática fue ofrecido la hospitalidad de una familia de árabes de Buratsky. En la comida, la senora de la casa colocó una caldera grande en el fuego llena de agua, lanzó en el de té grueso y una poca de sal. Cuando esto fue hervida, ella revolvió la mezcla con una cucharón de cobre amarillo hasta que el licor llegó a ser muy marrón, y lo vertió en otro recipiente. Limpiando la caldera, la mujer la fijó otra vez en el fuego para freír la comida en mantequilla fresca. Sobre esto ella vertió el y un poco de crema gruesa. Fue sacado del fuego y puesto a un lado para refrescarse. Las tazas fueron dadas alrededor y el té puesto en ellos. El resultado, un té pastoso que forma la carne y la bebida, saciando el hambre y la sed.

El té es la bebida nacional de Rusia, y tan indispensable un ingrediente de la mesa como el pan o la carne. Se toma a todas las horas del día y de la noche. Cuanto esta apenado, el ruso vuela al té y a la vodka para refugio y consolación mental. El té se bebe en vasos en Rusia. En los hogares del rico estos vasos se sostienen en sostenedores de plata.

El consumo de té en Inglaterra no es una ocasión muy pintoresca o interesante. La tradicion significa simplemente una tarde reservada, atendido por papeles y conversaciones serias en las cuales el jefe de la casa distribuye la sabiduría política y doméstica. Durante el día, el tomar té comienza con el desayuno y continua por la tarde en los tea-shops. Aquí uno puede ver a los británicos en su mejor y peor. En estos lugares uno puede adquirir el último apretón de manos, el té más fresco y el chisme, ver los modos y la sombrerería más nuevos, resolver y saludar el giro del mundo. Un estudio interesante de tipos, en contrastes y condiciones de la sociedad, digno de el precio de un té bien escogido.

No hay comentarios: